Interior de La Palma |
La degradación
medioambiental es un conjunto de procesos que reducen un determinado
recurso o directamente impedir su uso. Hablando de degradación, son
las zonas insulares las que sufren un mayor desgaste que las áreas
continentales porque tienen una mayor biodiversidad autóctona. Al
ser territorios aislados, cuando llegan los primeros pobladores y
comienzan a explotar los recursos, la fauna y flora nativa sufren una
degradación muy rápida porque no tienen tiempo para regenerarse y
porque se introducen nuevas especies domésticas y silvestres que
pondrán en peligro la estabilidad natural.
Este problema existe en
el Archipiélago Canario porque cuando llegan los primeros aborígenes
introducirán una economía ganadera lo que implicará la reducción
de la cubierta vegetal, especialmente en Fuerteventura y Lanzarote,
debido a que antes no existían animales herbívoros de mediano
tamaño.
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Lanzarote |
A comienzos del I milenio
a.n.e., Canarias presentaba un aspecto muy diferente al actual pues
eran islas con una abundante vegetación, con recursos de agua
prácticamente permanentes y estables, amplias tierras fértiles,
etc. Las primeras crónicas de la conquista ya ponían de manifiesto
la degradación que las islas estaban sufriendo desde tiempos de los
aborígenes, especialmente en Lanzarote y Fuerteventura. Por ejemplo,
las crónicas francesas sobre Lanzarote decían que en la isla “no
hay ningún árbol, sino pequeños matorrales para quemar, salvo una
clase de leña que llama higuieres (...)”. El resto de islas
mantenían, sin embargo, en mayor o menor medida su masa forestal.
La degradación se
acentúa con los conquistadores castellanos que instauran una
economía bajomedieval. Por ejemplo, el empuje de las
transformaciones agropecuarias llegarán a las medianías de las
islas, las roturaciones afectarán a las tierras, el ganado destruirá
la vegetación aunque los animales pequeños no afectarán a las
especies de las islas lo que explica que muchas de ellas hayan
subsistido en mayor o menor número, etc.
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Los alisios de Canarias desde un sátelite |
La especialidad de las
islas Canarias se debe a la influencia de los vientos alisios que
hace que tanto la flora como la fauna se dividan en diferentes pisos
climáticos. Así, las islas de Fuerteventura y Lanzarote presentan
una flora y fauna adaptadas a lugares áridos y llanos porque son
islas bajas en altitud y sin muchos accidentes montañosos. Mientras
que el resto de las islas se caracterizan por el monteverde, la
laurisilva y los pinares. También hay que destacar que en La Palma,
Tenerife y en las partes más altas de Gran Canaria se da un ambiente
de alta montaña.
Por último, hay que
destacar que la degradación ambiental no solo fue por la acción
humana sino también por causas naturales como las emisiones
piroclásticas y las numerosas erupciones que se han ido sucediendo
en las islas por su condición de islas volcánicas (Valle de la
Orotava en 1430, volcán de Tigalate en La Palma en 1646, Timanfaya
entre 1730-1736, volcán del Lomo Negro en El Hierro en 1793, volcán
del Teneguía en 1971, etc.).
ATOCHE PEÑA, Pablo: "Fenómenos de intensificación económica y degradación
medioambiental en la protohistoria canaria" en Zephyrus: Revista de prehistoria y arqueología , 2003
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